Era de noche, la calle estaba terriblemente sola, mis tacones iban en mis manos, no estaba ebria pero si exhausta. Al siguiente día tenía que levantarme temprano para ir al trabajo, así que tenía que hacer el esfuerzo de llegar a mi cama, dormir mis 8 horas y levantarme fresca como si nada hubiese pasado.
Escuché unos pasos un poco a lo lejos, así que preferí apresurar el paso, conocía el vecindario demasiado bien, me adentré en algunas calles para destantear a mi perseguidor hasta llegar a un callejón, me pegué a la pared, mi respiración estaba pesada, los pasos se apresuraron cada vez más hasta que quedó en completo silencio, el latido de mi corazón parecía que se oía a tres cuadras.