viernes, 3 de agosto de 2018

Tacones en el suelo

Era de noche, la calle estaba terriblemente sola, mis tacones iban en mis manos, no estaba tomada pero si exhausta. Al siguiente día tenía que levantarme temprano para ir al trabajo, así que tenía que hacer el esfuerzo de llegar a mi cama dormir mis 8 horas y levantarme fresca como si nada hubiese pasado.

Escuché unos pasos un poco a lo lejos, así que preferí apresurar el paso, conocía el vecindario demasiado  bien, me adentré en algunas calles para destantear a mi perseguidor hasta llegar a un callejón, me pegué a la pared, mi respiración estaba pesada, los pasos se apresuraron cada vez más hasta que quedó en completo silencio, el latido de mi corazón parecía que se oía a tres cuadras.


Una sombra se paró cerca del lugar donde estaba, giraba por esa calle, puse mis manos en mi boca, las lágrimas salían, quería gritar, me sentía débil, la sombra entró en el callejón y sentí un tirón del cabello , un hombre sin rostro me empezó a golpear, me estaba tocando mis pechos y su asquerosa boca trataba de besarme, mientras más me resistía más dolor me infligía, trate de defenderme, y le hice un pequeño rasguño en el cuello, tenía sangre en mis uñas, recibí más golpes hasta que ya no podía más, no podía moverme, me rendí, perdí el conocimiento y ya no supe nada de mi atacante y ni siquiera  de mí.

Desperté, la sensación de dolor me atormentaba mucho, reviso mí alrededor, estoy en mi apartamento, ¿Cómo llegué aquí? ¿Qué pasó anoche? Mis uñas están llenas de sangre, ¿Acaso si me atacaron anoche? Pero si es así, ¿por qué sigo viva?

Tengo que ir al trabajo así que dejó de cuestionarme y voy  a tomar una ducha rápida, reviso mi cuerpo desnudo, un par de moretones se asoman en mis brazos, en mi vientre y en mi cuello, el miedo me recorre por todo el cuerpo, Trató de tranquilizarme, tal vez lo que tuve fue una pesadilla y en la fiesta de anoche me caí por algún lado. 

Tomó la ropa incluyendo un pañuelo negro para pasarlo por mi cuello, un poco de labial rojo y salgo directamente al trabajo, me encontré a algunos de mis compañeros incluyendo al nuevo elemento del equipo Johna Elric,  muy guapo decían muchas de mis compañeras, era un tema que en la oficina no dejaba de sonar, saludo a todos con una sonrisa, tomo mi café que uno de mis compañeros me invitó y entré al edificio. 

 – Amm… se te ha caído esto-Johna Elric, me dijo mirándome a los ojos. 
–Gracias Señor Elric.

Siento la mirada de alguien mientras estoy tecleando los últimos detalles para el proyecto, la mirada de Johna esta puesta en mí, realmente no había notado lo atractivo que era, dejo de pensar en él para recordar que a la hora del almuerzo me vería con Gina, por fin tendía la oportunidad de hablar con ella sobre lo que paso en la fiesta. 

¿Segura no recuerdas nada?
Ya te lo dije, todo está borroso – le comento  colocando mi mano en la frente  
Me sorprende, según yo no ingeriste alcohol, pero te diré, llegamos, bailamos, bebí mucho tequila y tú desapareciste, no puedo decirte mucho porque ni yo lo recuerdo.
Mmm… gracias Gina, tomate unas aspirinas sirven para la resaca –me levanté para irme directamente a mi cubículo. 

A lo largo de la semana trataba de recordar que había pasado ese día, conforme pasaba los moretones estuvieron desapareciendo uno a uno, la sangre de mis uñas seca ya no estaba en ellas pero por lo pronto la sensación de asco y miedo prevalecía en mi cuerpo.
Estando en el trabajo, el señor Elric se acercó a mí de manera gustosa, me invitó a salir, realmente no sabía que contestar ante su propuesta, no quería salir con él pero me parecía de mala educación rechazar de una manera muy cruel a alguien que trata de hacer amigos, por lo tanto acepté. 

La cita el viernes a las 7. Tuve tiempo de arreglarme, para mi sorpresa llegó puntual, el traje que portaba lo hacía ver muy elegante, lo invite a pasar, entró como si conociera el departamento de pies a cabeza, se sentó en el sofá y le ofrecí una copa, con gusto me senté a su lado entregándole el vaso con vodka junto al mío, después de darnos cuenta ya llevábamos más de la mitad de la botella. 

El coqueteo empezó de manera lenta y seductora, su mano en mi cintura y recorrió ciertos mechones que impedían ver completamente mi rostro, recorrió con su mirada cada rincón posible de mí  y me besó, apasionadamente, me tomó en sus brazos y fuimos a la cama, su corbata junto con mi vestido estaban en el suelo, desabotone su camisa desesperadamente y pasé mi dedos por su cuello, hasta toparme con algo que me dejó sorprendida.

Él tenía una marca en el cuello exactamente igual que la que le había hecho a mi atacante con mis propias uñas, paré en seco sin dejar de mirar la marca, él noto mi descontento  y pasó de estar encima de mí a un lado de la cama. El ambiente se estaba haciendo pesado y un silencio estaba asfixiándome completamente.

Creí que no lo recordarías– dijo en un suspiro
Ese fue tu error, me subestimaste mal. 

De un impulso salí corriendo de la habitación hasta llegar al baño, él estaba desesperadamente tocando la puerta.

No puedes ir a ningún lado, recuerda es un apartamento solitario, nadie sospecharía.
Si realmente querías matarme lo debiste de haber hecho ese día, por lo tanto la oferta ya está vencida 
¡Yo solo quería que te acostaras conmigo estúpida!

Busqué por todos lados algo que pudiera servirme como arma para defenderme, y lo único que  estaba a la mano y que podía servir era el tubo que sostiene las cortinas de la bañera, lo golpearía y me daría tiempo. Tomé todo el valor posible que pude tener en ese instante, giré la perilla y trate de golpearlo, fue difícil pero logré salir de ahí, no sabía qué hacer, se levantó en un instante así que corrí a la cocina, tome un cuchillo de la barra y cuando se acercó a  mi lo enterré tan fuerte que pereció al instante.
Desperté. 

Las sabanas estaban intactas, era fin de semana, caí en cuenta que Johna era mi atacante de aquella noche, que lo había matado, tenía que llamar a Gina así que eso hice, no sin antes levantarme de la cama y ver el desastre de anoche, pero estaba intacto, no entendía nada. 

Gina estoy muy asustada, no puedo… digo no sé qué hacer
Tranquila, dime que paso, me estas asustando
Mate a Johna Elric, aquí en mi propia casa pero no recuerdo nada, por favor ayúdame 
Espera pero ¿Quién es Johna Elric? 
El nuevo elemento de la empresa, por favor no empieces con ridiculeces, no sé qué está pasando 
Max, no tenemos ningún compañero llamado Johna Elric 
¿Qué? –colgué 

La cabeza me estaba dando vueltas, la desesperación me está inundando, incada en el piso estoy empezando a llorar, estoy desgastada, mi respiración está muy desgarrada, estoy cayendo, todo está muy obscuro. 

Es una lástima lo que le paso a Maxine ¿No?
Era mi mejor amiga, ese día no debí dejarla sola irse a casa.
Y ¿Encontraron al culpable?
Según la policía era un asesino llamado Johna Elric, tenía el perfil perfecto para salir desapercibido, Max fue su víctima 13 en distintos ciudades y al parecer fue la última, ya que apareció muerto en su departamento desangrado por una herida de un cuchillo de su propia cocina.


2 comentarios:

  1. WOOOOW.
    Siento que tengo que agradecerte por compartir esto con el mundo, jajaja.
    ME HA ENCANTADO. Totalmente fan de este relato, me fascinan los thrillers y has conseguido atraparme y no soltarme.
    Felicidades, me ha gustado bastante.
    Nos vamos leyendo, guapa:)

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por llegar a él, creo que ha sido la historia que más difícil para escribir ha sido, me alegro que dijeras que la disfrutaste y te atrapo, gracias.

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